¿Recuerdas esas conversaciones hasta las tantas de las madrugada? Joder, ya me podía estar muriendo de sueño, que el simple hecho de estar hablando contigo me hacía aguantar eso y más.
Que bonito se veía cuando eras lo último en lo que pensaba antes de dormir y lo primero que se me venía a la mente cuando despertaba.
Y ahora... ahora no somos nada.
En realidad nunca fuimos nada, pero aún no siendo nada, ambos sabíamos que éramos mucho, a nuestra manera, algo que solo entendíamos tu y yo.
Ahora eso ya no existe, pero no me olvides, yo te sigo recordando.